Todos hemos sentido alguna vez un magnetismo especial al conocer a alguien, una persona que, sin motivo aparente, hace que nuestro corazón vaya más rápido. Una simple mirada basta para comunicaros. Si la relación se prolonga, también encontraréis gran cantidad de casualidades y momentos en los que estéis 100% sincronizados como por arte de magia. Así es una relación entre almas gemelas.
Sentimos que se trata de alguien especial en cuanto la hemos conocido y no podemos explicar por qué.
Nuestra alma gemela no tiene por qué ser aquella de la que nos enamoramos a primera vista y con la que compartimos el resto de nuestra vida. Aunque sean “almas gemelas” a veces resultan ser incompatibles con nosotros, pero nuestro corazón hará que las recordemos y queramos.
A pesar del término «gemela», no quiere decir que sea una persona igual a nosotros, solo nos complementa. Muchas personas, generosas por naturaleza, probablemente atraerán a almas gemelas no tan generosas, quienes recibirán más de lo que dan en la relación, de esta forma una complementa a la otra.
Un alma gemela puede hacernos muy felices o infelices, dependiendo del estado en que nos encontremos y del sentimiento que tengamos por nosotros mismos en el momento que la atraemos. El alma gemela sólo te complementa. Ninguna otra persona te puede completar; debes sentirte primero completo tú mismo.
Si nos encontramos sin nuestra alma gemela y sentimos que estamos en el momento idóneo para conocerla, con la técnica ThetaHealing® es posible llamarla y atraerla, este ejercicio es muy sencillo y lo puede realizar uno mismo si ha recibido la formación necesaria o bien a través de un practicante de ThetaHealing®.